María

Mi vocación se despierta desde mi más tierna infancia, inculcada por mis padres, mi curiosidad me llevaba a conocer cada tipo de planta y cómo podía utilizarla como remedio a las pequeñas dolencias. Me gustaba ayudar y cuidar a las personas, especialmente a mi tía-madrina Maruja, paralítica a consecuencia de una terrible enfermedad, aunque siempre con una gran sonrisa que acompañaba a unos preciosos ojos azules, que me inspiraban a soñar que algún día encontraría una cura para ella.

La vida no fue nada fácil y pronto me mostró su cara más triste, perdiendo a mi hermana con tan sólo doce años. Tiempos muy difíciles, pero no me desalentaron… Lo tenía claro ¡quería ser farmacéutica! Para ello, dejé mi pequeño pueblo de Bóveda para irme a Pamplona, donde estudié Farmacia en la Universidad de Navarra. Años de estudios y juventud que recuerdo con mucho cariño.

Regresé a Galicia para empezar a desarrollar mi carrera profesional. Durante más de 15 años estuve trabajando en diferentes farmacias como adjunta, sin dejar de aprender y disfrutar cada día de las maravillosas experiencias que brinda esta profesión. Sentir que puedes contribuir a mejorar la salud de los demás es el motor que a diario me invita a seguir mejorando.

Casada y con dos hijos, Manuela y Pepe, que son la otra pasión de mi vida. En ellos y en mi marido, he tenido el apoyo para emprender esta nueva etapa profesional y ponerme al frente de la Farmacia Cecebre. Con toda mi ilusión y compromiso, mi máximo empeño es atender lo mejor posible, a todos los vecinos de la comarca, que tan bien y con tanto cariño, nos han acogido desde el primer día.

Me hace sentir especialmente orgullosa, ser una persona comprometida con muchas y diferentes causas a las que les brindo mi apoyo y colaboración con la finalidad de que las personas tengan los recursos y la ayuda que necesitan para alcanzar una vida mejor.

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