Estamos ya muy cerca de la celebración de San Valentín, un día especial lleno de atenciones al amor y a nuestras parejas. También es la fecha escogida para celebrar el Día Europeo de la Salud Sexual, donde se quiere concienciar sobre la necesidad de unos buenos hábitos e impulsar una formación adecuada sobre ello.
Nuestra sexualidad, sin duda, es un pilar fundamental en las personas, que contribuye en su bienestar, calidad de vida y alcanzar una vida plena y feliz. Esto muchas veces contrasta, con la poca atención que le dedicamos o la dificultad para hablar sobre ello, sufriendo en ocasiones de molestias que serían fácilmente mitigables.
Conocer nuestro cuerpo y cuidarlo diariamente es la mejor garantía para mantener una buena salud sexual.
La higiene íntima, factor fundamental
La higiene es un factor clave, en el que nos puede ayudar el uso de productos adecuados para estas zonas más sensibles e íntimas. Para ello, ya contamos en el mercado con geles o jabones específicamente elaborados y que te ayudarán a mantener adecuadamente el microbiota local y evitar el riesgo de infecciones.
Sigue pequeños hábitos:
- Sólo lavar la zona externa.
- Realiza el lavado desde adelante hacia atrás para impedir arrastrar algún microorganismo de la zona anal.
- Es preferible no usar esponjas y simplemente usar tu mano limpia.
- No utilizar desodorantes íntimos.
- Usa ropa interior elaborada con materiales naturales como el algodón que favorezcan la transpiración.
Salud sexual en la mujer
Un apartado especial es para la salud sexual de la mujer, ya que pasamos por distintas etapas a lo largo de nuestra vida, que requieren prestarles una especial atención:
La adolescencia
En la etapa de la adolescencia se producen grandes cambios físicos, además de la maduración de nuestros genitales, preparándose para el inicio de las primeras relaciones sexuales.
En este momento es importante ayudar a los adolescentes a instaurar hábitos correctos en su aseo diario, como la importancia de la higiene tras las relaciones sexuales, que aplican a ambos sexos.
En el caso particular de las mujeres, con la menstruación es recomendable tener un mayor cuidado con la higiene y un cambio frecuente de compresas o tampones. Recientemente, han irrumpido las copas menstruales como alternativa al uso de estos últimos, que se introducen en la vagina y recogen una mayor cantidad de flujo. Se cambia con menor frecuencia, alcanzando intervalos de hasta 12 horas. Su ajuste al cuerpo femenino minimiza el riesgo de pérdidas indeseadas y ofrece una mayor libertad en la vida cotidiana. Otra de las ventajas, es que se trata de un producto reutilizable y ecológico, respetuoso con el medio ambiente.
Existen diferentes tamaños y modelos de copas menstruales para que se ajusten al cuerpo de cada mujer. Normalmente, las personas jóvenes o con poco flujo usarán las pequeñas de talla S, mientras que las mujeres que ya han tenido partos vaginales deberán usar la grande, de talla L.
Quizás, el inconveniente inicial es saber colocarla. Realmente es fácil, pero requiere encontrar el doblado que más cómodo nos resulte y de tomarnos un tiempo para estar relajadas y explorar la posición de introducción que mejor se adapte a cada una de nosotras.
Su correcta limpieza tras su uso y esterilización después de cada menstruación es clave.
El embarazo
Otro momento realmente importante es el embarazo. La mujer debe cuidarse y preparar su zona íntima para el esfuerzo que se avecina. El uso de cremas o aceites para su aplicación junto al masaje perineal, que se puede realizar desde la semana 34 de gestación, proporcionará elasticidad a la musculatura. Además, pueden ayudarte a minimizar los riesgos de rasgado o roturas y sin duda, ayudarán a una rápida y mejor recuperación durante el puerperio.
A partir de los 2 meses del parto se puede empezar a emplear las esferas intravaginales o también conocidas como “bolas chinas”, para ayudarnos a la recuperación del suelo pélvico a través de la mejora del tono muscular y evitar la incontinencia de esfuerzo. Las vibraciones que producen estas esferas durante nuestros movimientos hacen que las paredes se contraigan, mejorando la llegada de la sangre, el tono muscular y lubricación.
Existen distintos tamaños, así que lo ideal es comenzar por mayor tamaño y poco peso, para que no se salga hacia el exterior. Luego ir aumentando progresivamente el peso a medida que se va recuperando el tono.
También se puede optar por el uso de dispositivos de masaje para ejercitar el suelo pélvico. Estos pueden efectuar distintos modos de vibración, sutil y silenciosa, con los que podemos realizar ejercicios más específicos, basados en los ejercicios de Kegel.
La menopausia
Por último, la menopausia marca otra nueva etapa en la salud sexual de la mujer. El descenso de la producción de estrógenos hace que puedan aparecer los sofocos, aumento de peso, cambios de humor y dificultad para conciliar el sueño. También implica una menor lubricación y dificultad para las relaciones sexuales, por ello, el uso de los geles lubricantes son un buen aliado para seguir disfrutando de ellas.
Los mencionados ejercicios de Kegel, que consisten en la contracción de los músculos del suelo pélvico hacia adentro y arriba durante unos segundos, nos permitirán fortalecer la zona y así prevenir tanto la incontinencia urinaria como la caída de los órganos intraabdominales.
La relevancia de un buen cuidado íntimo
Hemos visto la importancia de una buena higiene íntima para mantener una buena salud sexual. Pero debemos incidir en la prevención, tanto para las infecciones, como para evitar las enfermedades de transmisión sexual. Además, es fundamental establecer visitas regulares al especialista, urólogo o ginecólogo.
Te invitamos a que nos visites en nuestra farmacia, donde podremos asesorarte sobre qué productos son los más indicados para tu situación particular.
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